Pedro Cifuentes
Didáctica, sí, pero cómo decíamos, Historia del Arte en cómic. El mundo clásico no es un libro de texto −¡ojalá!−, sino un divertidísimo viaje, en el que a una pandilla de adolescentes acompañan toda una serie de secundarios de lujo. En este volumen, harán de guías Leonardo da Vinci, Safo, Heródoto, Homero o la mismísima Atenea de ojos de lechuza, y se pasearán por escenarios que van desde Atenas o Petra, al Museo Británico o Roma. Un lenguaje coloquial, lleno de bromas y juegos, sirve para desarrollar un itinerario apasionante, y van cayendo términos, conceptos, estilos y autores sin que uno se dé cuenta… hasta que acabas sabiendo qué es un estilóbato. Vas pasando páginas, y en una te asalta la Quimera de Arezzo, en otra el David de Miguel Ángel sirve ejemplifica lo que fue el redescubrimiento del arte clásico, más allá te encuentras contemplando la Columna Trajana o deambulando por Micenas, y en la siguiente saltas por Petra o Pompeya. ¿Quién dijo síndrome de Stendhal?